martes, 28 de abril de 2015

Say Cheese

Say Cheese

Erangel Rivas Parra

Yo fui el único. El mismito. El primero que por estos lados llegó a tener un radio A.M-F.M en su casa y los aldeanos venían a escuchar clásicos de la emisora “Radio Rumbo”, y a tomarse el guarapo. Me lo compré con mucho sacrificio fui emprendedor vendiendo chorizos caseros que aprendí hacerlos por mi cuenta. Les llevé a los dueños de las bodegas, a los vecinos por encargo y unos cuantos al dueño de un auto mercado. Eso fue en la época en que fui a la capital, antes de los billetes falsos, antes de mi último viaje al mar... No había pasado ni una hora cuando me informaron que ya se los habían arrancado los consumidores de las manos. Luego me compré una maquina despulpadora y monté mi propia pulpería, cuando vivía más arriba, en Agua fría, los niños aburridos escapaban del templo para jugar trompo en el camino de tierra, iban a mi pulpería a comprar en los domingos mientras  sus padres con esperanzas de prosperidad acudían arrepentidos a entregarlo todo en la cajita de ofrendas. Había más gente que en el bingo.

Lo reconozco, me encerraba mucho… Es que en casa escribía demasiado, parecía un viejo. Después escogí otra profesión mas prospera, amenizando con doblajes de viejas baladas el modelaje de chicas. Durante la ultima sesión fotográfica la cantante de música tropical me complacía nuevas poses eróticas para la primera producción bajo la firma de mi Fundación, un almanaque que sacaría a la venta apoyando el talento regional rescatado del abandono y con mucho deseo de ser explotado.-Justo como yo quería- Durante la sesión después de doblar mis baladas y de entregada la bonificación correspondiente como sierras sus dientes blancos empezaron a brillar, y fue cuando por fin se bajaba las diminutas pantaletas, financiadas todas por mi Fundación en la Av. Bermúdez -Y curiosamente empezaba a notar que hacia mucho calor- Ella sonreía hablándome de su Compact Disc, de la nitidez de la impresión su afiche, giras y bailes. Que tierna. Sus piernas, sus movimientos, te enredabas en ellas… y yo mismo las toqué con mis manos… ¡Yo mismo!  Claro todo muy profesional. Ciertamente me di cuenta que no eran de plástico, pues La Fundación se encarga afanosamente con que las cosas en este país vuelvan a sus estado natural, nada de carros, nada de chorros de agua que se desperdicien, recuperar la siembra, demasiada ropa incomoda la vista y eso me empezó a  molestar mucho. Yo estuve entre los que pusieron esa queja a las instituciones pero me tildaron de conspirador. En realidad fui solo, pero mejor era así, para que todos me admiraran para cuando por fin se realizara esa gran idea, y quien sabe, podría ocasionar un estallido social, ¡Una revolución! Y mucho billete. Y al finalizar la sesión acercaba mi nariz en dirección a su coño así… ¡Y que tetas!, como perro me lancé a morderlas. Ella modelaba y le brillaban las sierras…  retratada en una sesión magistral. “Que exposición aquella”,  en estado natural,  recuperar aquellos valores perdidos… Algún día….Y ella feliz, sonreía cándida hasta darle un besito romántico en su coño oloroso a gloria. Muuuuuuuack! Con mucho respeto.

El líder de la Fundación Dandi, graduado en física cuántica y sin cosechar en ese campo era sin saberlo espiado por alguien, quien soñando con una ascensión a Capitán amenazaba con decomisarle los retratos. Después de una gran labor de inteligencia fue encontrado Cruz Humboldt, infraganti, y con las manos puestas en las palabras ilegibles del rollo que habla acerca de una actriz famosa  de nombre y apellido que comienzan por una misteriosa casualidad con L. Con una maniobra de distracción escapó en su moto a Cariaco. Después de recogidos los billetes falsos como evidencia (que todavía ignoraban que eran falsos) los policías iniciaron una fuerte persecución hasta llegar tarde. Se sorprendieron al verlo desde la costa del Golfo de Cariaco, entraba  en una extraña maquina submarina. Nubladas por la confusión de la turba salían en su defensa, fanáticas con sus mejores poses para distraer a los policías y otras se competían para que le lanzasen algunos billetes  pero Humboldt les decía:

–Hermanas por favor, dejen la rivalidad!, ¡dejen el materialismo! (Y pensándolo bien con tanto talento junto hasta me gustaría hacer una Edición Especial Playera)

Humboldt mandó a ejecutar el Plan Pesca de arrastre y Henry Bermúdez rápidamente encendió los motores del la tortuga metálica. Apuntaron con cañones  de alto calibre a la policía, que se hacían paso difícilmente entre la tribuna histérica.  Humboldt dio la voz de mando:

–Preparen. Apunten. ¡Fuego!

Golpeado el agente Guzmán por una, al ver en su interior dice a sus colegas:
­­–¡Son catalanas!... ¡Y huelen frescas!
–¡Catacos! -Gritó el Sargento Marín-

En aquella  confusión Humboldt se apresuró a escapar  y cerraron la escotilla, se sumergieron dándose a la fuga.

Las bolsas volaban en los aires repletas del mejor pescado fresco. De Humboldt no se supo mas nada, ni de sus libros, ni de sus retratos, ni de sus cuentos. Lo último que se supo sobre él  es este informe policiaco publicado al escapársele a la policía en su tortuga marina con ojos de fuego: “Una vecina del fugitivo nos informó sobre la supuesta implicación de Humboldt con los planes oscuros de “La Fundación Dandi”, una extraña secta que visten con pantalones de gabardina, calzan zapatillas graciosas de cuero, al estilo años 60´s, camisas de cuadros, además de que presumían que algún día iban a “sembrar en el cielo”. Se les incautaron también un arpa, una guitarra acústica, una guitarra española, una pajuela, un libro cuyo autor es Ramón de la Torre, una maquina impresora de revistas, una maquina impresora de billetes, un plotter para imprimir en papel bond, grabaciones en casetes y una bolsa embalada que tenía en su interior un micrófono, su forro y su paral., también se halló en la casa de Humboldt  unas fotografías, que al verlas el agente Manolo con sigilo y sin avisar a nadie ocultó en un lugar secreto de su casa. Así con tiempo analizaría las evidencias con detalles en su laboratorio.”

Siglos después alguien escarbando para sembrar unas plantas en su patio halló los retratos y uno de sus cuentos. Hablaba sobre repentinas desapariciones de los  botes con remos transportados de un lugar a otro por “El fantasma del Tirano Aguirre”, narraba que los pescadores se hallaban estupefactos al encontrase en las playas de Cumaná entre sirenas, un percusionista, un saxofonista, un señor delgado de melena que tocaba la guitarra clásica y el vocalista (el mismo creador del mito). No salieron de la sorpresa los navegantes cuando sobre la arena vieron caminar unos robots que llevaban limonada en una bandeja a los turistas que dormían en hamacas. Todo natural. La brisa  hacia tocar el arpa de las palmeras,  no se veía un solo carro exhalar humo, nadie derramaba el agua, la leyes se cumplían y no era el paraíso. Y podrías hablar con Dios a través de un hilo… Desde hace unos segundos pescaban en las aguas del Golfo de Cariaco.




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