miércoles, 22 de abril de 2009

CHAMANISMO TIBETANO

CHAMANISMO TIBETANO
Sacerdotes y magos, los chamanes tibetanos mantienen los ritos funerarios y
ceremonias de curación del alma descendientes de la antigua religión del Bon
El Bon y el Bardo-Thodol, cuyo nombre significa «liberación por entendimiento del
plan que sigue a la muerte», es un tratado sobre la muerte y su después.
Contiene una extraña mezcla de elementos tomados de numerosas fuentes. Basta
visitar los templos taoístas chinos o leer obras de taoísmo para descubrir en ellas
imágenes e ideas análogas a las presentadas en el Bardo-Thodol. Lo que se ha
tomado del tantrismo nepalense, de las teorías idealistas de ciertas Escuelas
filosóficas del Budismo mahayanista y hasta de otras fuentes, forman en el Bardo-
Thodol una extraña mezcla heterogénea que destaca sobre todo en los tratados más
voluminosos. Hay razones para creer que el más antiguo origen del Bardo-Thodol
se remonta a los fieles de la antigua religión del Bon, y que sobre ese fondo fueron
gradualmente superpuestas nociones budistas.
Fue escrito en tiempos de Padmasambhava, en el siglo VIII. Luego se perdió y fue
encontrado por Rigzin de Karna Ling-Pa, considerado como una emanación de
Padmasambhava. Su uso generalizado en todo el Tíbet como ritual funerario, y su
aceptación por parte de todas las sectas, bajo versiones variadas, testifican que fue
obra de varias generaciones.
Buena parte del ritual funerario proviene de la religión del Bon. Es costumbre
ritual, tras una serie de ceremonias previas a la muerte, construir una efigie del
difunto, una vez que el cuerpo es llevado a los funerales, y esta efigie se coloca en el
mismo sitio que ocupó el cuerpo, y se sigue con las ofrendas de alimento hasta
finalizar los cuarenta y nueve días del Bardo. Los lamas cantan día y noche para
ayudar a que el espíritu alcance el paraíso de Amithaba. Durante los cuarenta y
nueve días, se lee el Bardo-Thodol para acompañar al difunto en su viaje y visiones,
al mismo tiempo que se realiza toda una serie de ceremonias encaminadas al buen
viaje del difunto en el Más Allá.
El tema esencial del Bardo-Thodol es el concepto filosófico de los idealistas
mahayanistas, según el cual la «liberación» es un acto mental que consiste en
reconocer claramente que no hay otras ataduras que las que tejemos nosotros
mismos a nuestro alrededor; que los cielos, los infiernos, los dioses y los demonios
no son sino creaciones de nuestra imaginación.
EL BON Y EL CHAMANISMO
La voz «chamán» viene del sánscrito shaman, y según Blavatsky, «los shamanes o
chamanes son una especie de sacerdotes magos o sacerdotes hechiceros, sectarios
de la antigua religión Bon del Tíbet. Se funda el shamanismo en la creencia de que
después de la muerte persiste la individualidad del hombre, aunque se haya
desprendido del cuerpo físico, y que sigue viviendo en naturaleza espiritual.»
Los sacerdotes Bon-po no se diferencian en nada de los verdaderos chamanes,
incluso estaban divididos en Bon-po «blancos» y Bon-po «negros»; aunque todos
utilizaban el tambor para sus ritos. Algunos pretendían estar «poseídos por los
dioses». La mayoría practicaban el exorcismo. Algunos de estos Bon-po se
llamaban a sí mismos «los poseedores de la cuerda celeste».
Los «pawo» y los «nyen-jomo» son médiums, hombres y mujeres, y son
considerados por los budistas como representantes típicos del Bon. No dependen
de los monasterios bon de Sikkin ni de Butan, y parecen ser los vestigios del Bon en
su forma más antigua, no organizada, como existía antes de que el «Bon blanco» se
desarrollara según el ejemplo del Budismo. Parece que llegan a ser poseídos por los
espíritus de los muertos y que, durante su trance, entran en comunicación con sus
divinidades protectoras. En cuanto a los médiums bon, una de sus funciones
principales era servir de mensajeros temporales de los espíritus de los muertos, que
serían más tarde conducidos al otro mundo.
De los chamanes Bon se dice que utilizan sus tambores como vehículos que les
permiten desplazarse por los aires. El vuelo de Naro-bon-chung durante su torneo
mágico con Milarepa es un ejemplo clásico. La leyenda según la cual Gshen-rab-mi
volaba sobre una gran rueda, ocupando la parte central, mientras sus cuatro
discípulos iban sentados sobre los ocho rayos, bien puede representar un vestigio
de una tradición semejante. Es probable que originalmente el vehículo fuera el
tambor chamánico, más tarde reemplazado por la rueda, símbolo budista.
En la cura del chamán bon se efectúa una exploración del alma del enfermo, técnica
específicamente chamánica. Una ceremonia análoga tiene lugar cuando el exorcista
tibetano es llamado para curar a un enfermo y lleva a cabo una búsqueda del alma
del paciente.
Para hacer volver el alma del enfermo es necesario un ritual extremadamente
complicado que incluye objetos y efigies.
El Lamaísmo ha conservado íntegramente la tradición chamánica de los Bon.
Incluso los más famosos Maestros del Budismo tibetano se supone que han
efectuado curaciones dentro de la más pura tradición del chamanismo.
Se conoce el papel que desempeñan los cráneos humanos y las mujeres en las
ceremonias lamaístas. El llamado baile del esqueleto goza de especialísima
importancia en las representaciones dramáticas que se conocen con el nombre de
tcham, y que tienen, entre otros fines, el de familiarizar a los espectadores con las
terribles imágenes de las divinidades protectoras que surgen en estado de bardo,
esto es, en un estado intermedio entre la muerte y una nueva encarnación.
Volvemos a encontrarnos de nuevo con el libro tibetano de la muerte o Bardo-
Thodol, que según podemos apreciar tiene cierta estructura chamánica, y aunque
no se trata exactamente de un guía psicopompo, puede compararse el papel del
sacerdote que recita, en beneficio del difunto, unos textos rituales acerca de los
itinerarios post-mortem, con la función del chamán que acompaña simbólicamente
al muerto hasta el más allá.
Existe cierto parecido de estructura entre los ritos y los mitos Bon-po y el
chamanismo, y podemos comprobar la supervivencia de los temas y de las técnicas
chamánicas en el Budismo y el Lamaísmo.
LOS BONS
Los Bons o Dugpas, llamados también «Hermanos de la Sombra», conforman una
secta del Tíbet vulgarmente llamada «los bonetes rojos». Son tenidos como los más
versados en hechicería. Habitan el Tíbet occidental, el pequeño Tíbet y el Bhután.
Todos ellos son Tatrikas, y se supone que practican la peor forma de magia negra.
Algunos ritualistas que han visitado las fronteras del Tíbet confunden los ritos y
prácticas de los Dugpas con las creencias religiosas de los Lamas orientales, los
«bonetes amarillos» y sus Narjols u hombres santos.
El Dorje, arma o instrumento al que se le atribuye la virtud oculta de repeler las
influencias dañinas, purificando el aire, ha sido empleado por los Bons o Dugpas
para ciertos fines de magia negra, y para ellos es como el doble triángulo invertido,
el signo de la hechicería. En cambio, para los «bonetes amarillos» o Gelugpas, es
un símbolo de poder.
Según La Voz del Silencio:
Los discípulos pueden compararse a las cuerdas de la vina, eco del alma; la
humanidad a su caja armónica; la mano que la pulsa, al soplo melodioso del gran
alma del mundo. La cuerda que no responde a la pulsación del Maestro, en dulce
armonía con todas las demás, se rompe y se la arroja. Así deben ser las mentes
colectivas de los Lanus-Sravakas. Tienen que estar acordes con la mente del
Upadya, unificarse con la Super-Alma, o separarse de una vez.
Esto último es lo que hacen «Los Hermanos de la Sombra», los destructores de sus
almas, la espantable legión de los Dag-Dugpa.
Nada tienen que ver estos Bons o Dag-Dugpas con aquellos practicantes del Bon,
que sí veían la Unión en todas las cosas.
Bibliografía:
El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis. Mircea Eliade. Ed. FCE.
Diccionario de las religiones. M. Eliade y Joan P. Couliano Ed. Paidos.
Historia de las creencias y de las ideas religiosas, M. Eliade. Ed. Cristianidad.
Textos tibetanos inéditos. Alexandra David-Neel.
El Bardo-Thodol (Libro tibetano de los muertos). Ed. J. Bergua.
El Bardo-Thodol (Iniciacion al simbolismo y ritual tibetanos).Fernando Schwarz.
Ed. N. A.
Glosario Teosófico. H. P. Blavatsky, Ed. Kier.
Isis sin velo. Tomo II y IV. H. P. Blavatsky. Ed. Kier.
La voz del silencio. H. P. Blavatsky. Ed. Kier.
Graciela E. Prepelitchi
"Las personas no discuten contenidos, apenas los titulos."
Mario Andrade
54 11 - 15 6674 8312

No hay comentarios:

Publicar un comentario