Antigüedades. XVIII.33. (Comienzos del segundo siglo).
El texto arábigo del pasaje es el siguiente:
“Por este tiempo había un hombre sabio llamado Jesús.
Y su conducta era buena, y era reconocido por su virtud.
Y mucha gente de entre los judíos y de las demás naciones se hicieron sus discípulos. Pilato le condenó a ser crucificado y a morir.
Los que habían llegado a ser sus discípulos no abandonaron su discipulado.
Ellos informaron que se les apareció tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; según esto, él era posiblemente el Mesías acerca de quien los profetas habían relatado maravillas.”
El pasaje anterior se halla en el manuscrito árabe titulado: _“Kitab Al-Unwan Al-Mukalial Bi-Fadail Al-Hikma Al-Mutawwaj Bi-Anwa Al-Falsafa AlManduh Bi-Haqaq Al-Marifa.”
la traducción aproximada sería:
“libro de Historia guiado por todas las virtudes de la sabiduría. Coronado con varias filosofías y bendecido por la verdad del conocimiento.”
El anterior manuscrito, compuesto por el Obispo Apapius en el siglo décimo tiene una sección que comienza con:
“Hemos hallado en muchos libros de los filósofos que ellos se refieren al día de la crucifixión de Cristo.”
Luego presenta una lista y cita porciones de las obras antiguas.
Algunas de las obras les son familiares a los eruditos modernos, y otras no lo son.
También hallamos en Joséfo una referencia a Santiago el hermano de Jesús. En Antigüedades XX 9:1 describe las acciones del sumo sacerdote Ananus:
“Pero el más joven Ananus, que como dijimos recibió el sumo sacerdocio, era de disposición atrevida y excepcionalmente osado, siguió el partido de los Saduceos, que son los más severos en el juicio entre todos los judíos, como ya lo hemos demostrado.
Como Ananus fuese de tal disposición, pensó que ahora tenía una buena oportunidad, como Festo estaba ahora muerto, y Albino estaba todavía en camino; así que reunió un concilio de jueces, y trajo ante éste al hermano de Jesús el así llamado Cristo, cuyo nombre era Santiago, junto con algunos otros, y habiéndoles acusado de infractores de la ley, los entregó para que fuesen apedreados.”
- SUETONIO (120 D. C.)
Otro historiador romano, oficial de la corte en tiempos de Adriano, escritor de los anales de la Casa Imperial, dice: “Como los judíos estaban provocando continuos disturbios bajo la instigación de Chrestus (otra manera de deletrear Cristo), los expulsó de Roma.” Vida de Claudio 25.4
También escribió: “El castigo ordenado por Nerón recayó sobre los cristianos, una clase de hombres entregados a una superstición nueva y perjudicial.” Vidas de los césares, 26.2
- PLINIO SEGUNDO, PLINIO El MENOR.
Gobernador de Bitinia en Asia Menor (112 D. C.), escribió al emperador Trajano pidiéndole consejo respecto de cómo tratar a los cristianos. Explicó que había estado matando a hombres y mujeres, niños y niñas. Eran tantos los que sufrían la muerte que él se preguntaba si debería continuar matando a todo el que se revelase como cristiano, o si debería matar solamente a algunos. Explicó que había hecho que los cristianos se inclinasen ante las estatuas de Trajano. Prosigue contando que también “los hizo maldecir a Cristo, algo a lo cual no puede inducirse a ningún verdadero cristiano.” En la misma carta prosigue contando de la gente sometida a juicio que:
“Afirmaban, sin embargo, que toda su culpa, o error, consistía en que tenían el hábito de reunirse en cierto día fijo antes de que amaneciera, y que allí cantaban en versos alternados un himno a Cristo como a un Dios, y que se sometían a un juramento solemne, y no a hechos malvados de ninguna clase, sino mas bien a nunca cometer fraude, robo, adulterio, a nunca falsear su palabra, ni a negar algo que se les hubiera confiado cuando fueran llamados a dar cuenta de ello.”
Epístolas X. 96
- TERTULIANO
Julista-teólogo de Cartago, en una defensa de¡ cristianismo
(197 D. C.) ante las autoridades romanas en África, hace mención de¡ intercambio epistolar habido entre Tiberio y Poncio Pilato:
“Según Tiberio, en aquellos días el nombre cristiano hizo su entrada en el mundo, habiendo él mismo llegado a convencerse de la verdad de la divinidad de Cristo, presentó el asunto ante el senado, con su propia decisión en favor de Cristo. El senado, por no haber él mismo dado su aprobación, rechazó la proposición de éste. César se mantuvo firme en su posición, amenazando con descargar su ira contra todos los acusadores de los cristianos.”
(Apología, V. 2).
Algunos historiadores dudan de la historicidad de este pasaje. También compare Justino Mártir,
Apología, 1. 35.
- TALO, EL HISTORIADOR SAMARITANO
Uno de los primeros escritores gentiles que menciona a Cristo es Talo, quien escribió en el año 52 D. C. Sin embargo, sus escritos han desaparecido y tenemos conocimiento de ellos únicamente a través de fragmentos citados por otros escritores. Uno de tales escritores es Julio Africano, un escritor cristiano de alrededor de¡ año 221 D. C. _Un pasaje muy interesante se refiere a un comentario de Talo. julio Africano escribe:
” ‘Talo, en el tercer libro de sus historias, explica esta oscuridad como un eclipse de sol - _sin razón alguna, según me parece’ _(por supuesto que sin razón, pues un eclipse solar no tendría lugar durante el tiempo de la luna llena, y fue durante la luna llena pascual que murió Cristo).”
Así, partiendo de esta referencia podemos ver que el relato del evangelio acerca de la oscuridad que cayó sobre la tierra durante la crucifixión de Cristo era bien conocido y requería de una explicación natural para aquellos no-creyentes que lo presenciaron. 1/113
- CARTA DE MARA BAR-SERAPIO
F.F. Bruce registra que hay:”…
en el Museo Británico un interesante manuscrito que preserva el texto de una carta escrita un tiempo después de¡ año 73 D. C., aun cuando no estamos seguros de cuanto tiempo más tarde.
Esta carta fue enviada por un sirio llamado Mara Bar-Serapio a su hijo Serapio. Mara Bar-Serapio estaba en prisión en aquel tiempo, pero escribió para alentar a su hijo en la búsqueda de la sabiduría, y le señala que aquellos que persiguieron a los sabios fueron cogidos por la desventura. le muestra como ejemplos las muertes de Sócrates, Pitágoras y Cristo:
” ’¿Qué ventaja obtuvieron los atenienses con la muerte de Sócrates?
Hambruna y plaga vinieron sobre ellos como juicio por su crimen.
¿Qué ventaja obtuvieron los hombres de Samos al quemar a Pitágoras?
En un momento su tierra se vio cubierta de arena.
¿Qué ventaja obtuvieron los judíos al ejecutar a su sabio Rey Yesua?
Fue precisamente después de eso que su reino fue abolido. Dios vengó con toda justicia a estos tres hombres sabios:
los atenienses murieron de hambre; los de Samos fueron invadidos por el mar; los judíos, arruinados y expulsados de su tierra, viven en completa dispersión.
Pero en lo concerniente al bien, Sócrates no murió, sino que sobrevivió en la enseñanza de Platón.
Tampoco Pitágoras murió totalmente, sino que sobrevivió en la estatua de Hera.
Ni tampoco el sabio Rey Yesua murió en lo que respecta a su influencia para el bien; sobrevivió en la enseñanza que él había impartido.’ “
Sigue...
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