martes, 28 de abril de 2015

ILL BILL

Real Under

Rayos de electrones

Rayos de electrones

Cuando fui al templo trataba de llevar una vida pacifica, y lo peor, lo intenté, hasta donde se podía, en ese mundo de ratas y canallas donde el afán de ensayar la pose ideal te permitía participar por un cupo en El Rebaño, y no era nada fácil, allá los ortodoxos de largas barbas ofrecerían la bienaventuranza de cantar canticos devocionales por toda la eternidad, y allá te seguían cobrando la deuda que le habías robado a Dios. Lo único que importaba de aquel sermón era lo del “dinero en mano”, respeto en el barrio. ¿Respeto? (esta bien) Como ventilador noche y día… con los dientes amarillos de alquitrán encaletándose una pelota de real entre las bolas, que ya no producen más semen de tanta preocupación y maldecir, y de probar toda clase de Brandis promocionados en la Bodega de Marlon,  quien con trago en mano y con unas cuantas tuercas sueltas  del embobinado que sujetaba sobre la barra me decía: A la salud, por que la vida es hoy, un solo por hoy, hágase un regalo y cómpreme el otro. Ya no este pendiente de esos rayos que no existen ¡La gente es ignorante!… viven solo del chisme, ¿Miras aquel barrigón?, piensa que llama la atención lo suficiente como aquellas largas colas de alimentos… artistas que se presentan y se van… los fans madrugan y regresan con las caras tostadas del sol a sus casas por un buen vaso de agua helada…

¿Qué no son de verdad? Cuando los rayos de electrones salían de sus ojos tenias que hacerte a un lado, desintegraban toda materia, tantas chispas juntas parecían fuegos artificiales, colores empezaban a salir durante el nuevo berrinche, como también se lo dije al psicólogo, quien enseguida me medicó pastillas para evitar que salga como loco a imaginar rayos y lanzar más volantes. Mi problema con los rayos sucedió después que la profetiza de los zapatos Paseo en una noche de vigilia  me dijo: Venga hermano, la noche es joven y la pista es grande. Baila, baila, eso es, muy bueno hermano, usted si sabe agarrar el paso hermano. ¿Ahora que le pasa? No se ponga tenso y ponga de nuevo las manos mas abajo, ahí y no mire a los lados que esta en la casa de Dios… Y ella…. Allá… Lo veía todo… Lanzaba rayos de electrones que atravesaron el techo de templo.  


Pero no fui tonto y salí a venderlo todo. Traía mi paquete de volantes full y supe narrar cada palabra en su lugar. Para disimular durante el baile protesté enérgicamente delante de todos sobre La Conjura de los Blasfemos, juré llevarlos a instancias internacionales y organicé mis folios en perfecta gramática castellana, enviaría cartas a la O.N.U, mostrando pruebas irrefutables en la carpeta con la fotografía de una orquídea pegada en los soportes (para también darle conciencia ambiental a mi propuesta) con destino a la Embajada de Chile. Cuestionaba  temas como La insolente Hipocresía de la Iglesia… ja, sobre eso de “arrepentirme de fumar monte”, y que es malo, y que es pecado, y que es ilegal… (Y pensar que uno podría pagar un mes encanado y rallado en la plana de sucesos de La Región por un porro, es una pena) Todos dejaron de reírse en broma y empezaban hacerlo en serio cuando sucedió algo muy extraño: los que estaban de rodillas durante horas por fin se movieron, juntaron leños y quemaron una hoguera. El templo se llenaba de humo y entre las viejas hediondas a violín salió un fanático con antorcha en mano gritando: ¡Herejía!  
Bombas en Bamba

A la ciudad en Las Llamas y eso, tendría que rebuscarme el botín… un club, un vodka, comprar films baratos en el puesto de Manolo el polaco en Panamá, ¡Y al mayor! y al dejar la aerolínea en avión… Y todo aquel esfuerzo para comprar la primera bomba. Entre otras cosas (que no mencionaré) culpaba al sistema también de ocasionarle adicción a las drogas, recalcaba muchísimo la parte moral  del consumo en cada protesta, y cada vez que terminaba su sermón venia con el nuevo tópico, el mismo mantra de siempre, acerca de su forma de sacar del escaparate bombas en cada fiesta: el llenado, la artesanía del ensamblado, la combustión, el humo…  Como todo   shaolín se sabia que era diestro acerca de  técnicas con bombas de  bambú, y también lanzaba patadas que parecían de un autentico dragón, a cada patada propinada se le veían salir trizas por un tubo, subían lejos. Si, de verdad también se veían como idiotas los que también veían colores que cambian  a figuras y volaban en llamas, como trizas de madera molida, como yerbas medicinales al carbón.


 Y los trozos quemados con rabia por fuera cubrían la carne cruda en el fin de semana, cuando ya casi se respira aire  fuera del trabajo, y después haría lo  planificado: ir a Control C.A para comprar una granada, pero claro, eso seria después, después de financiar el monte, y las papas para la sopa… Pero Ramón Piraña jamás sostuvo un arma en sus manos… pero quería ver la Galería de retratos en Bamba Ciudad Comercial, ¿Desquitarme con otra bomba más?-Dijo-Y otra y otra? Eso, dejar la ciudad  como quiero, en Las Llamas. ¡Que la funden de nuevo  pero en Las Llamas! Suben lejos, si, como fuegos artificiales chinos, pero no más que el olor de la carne tostada en la parrilla… Ramón Piraña la veía tostada por fuera pero ignoraba que dentro estaba ensangrentada, helada, quería prenderle fuego rápido a la carne helada del hambre ¡Algo bestial! En un viejo libro leyó que en Las Llamas quedaría mas cerca, y economizaría capital para invertir en La Bolsa de Wall Street, hacer viajes, volar de regreso al futuro, donde la carne es mayor y la ropa diminuta, donde el calor seria  tan arrecho, donde ¡Poooooo!  


Debates

Debates
Erangel Rivas Parra

Al primer sonido se irradió la división. Desde entonces los significados se confunden, de palabras dependemos para intentar negociar dentro de este tejido complejo que llamamos realidad. Las ideas son cifras, productos de ecuaciones numéricas que se fusionan como átomos que dan nuevas formas a unidades vivientes, sistemas y a su música.  Todo así gira alrededor de algo que lo sustenta y que lo motiva. Recién llegaba al ciber y me señalaron la maquina identificada en la parte superior con el número 13. La pantalla se encendió y marqué la dirección del email.  El primer mensaje recibido tenia escrito el siguiente titulo “Quedan pocos cupos para el primer viaje a Marte” Después de ver la web en donde exponían un  post sobre las supuestas propiedades anti cancerígenas del limón y la guanábana, pasé a otra. Superaban en número los insultos a los aportes ofrecidos en el foro virtual. El tema de discusión era “Los beneficios de la alimentación vegetariana” Los vegetarianos y omnívoros polemizaban sobre su perspectiva moral en cuanto si era bueno o malo el consumo de la carne. No tardaron en aunarse al foro bromistas que, saboteando el espacio de debate con comentarios disparatados, sumaron más caos al caos.

En el siguiente mensaje me enviaron un acceso directo. Su fecha, si no me falla la memoria era de un sábado, 18 abril del año 2009. Una mujer de identidad incógnita daba su testimonio acerca de los fraudes cometidos por un poeta, se hacía llamar Johnny Ruedas, inventaba mitos sobre su vida  asumiendo ajenas, envolvía a sus víctimas en la maraña, en la tela de araña, la tejía condimentando el sebo con unas cuantas fotos falsas, les enviaba falsos poemas a sus novias…  Prisioneras ciegas de sus datos. Prometía que les enviaría un email para felicitarlas en los días festivos. No llegaba jamás la postal virtual de Semana Santa, ni la de Navidad,  a  Johnny Ruedas le gustaba hacerlas esperar.

 Después de su cuento conmovedor terminaba pidiéndoles un pequeño favor: Quería sexo. Y gratis, por internet, o por teléfono. Pero el no gastaría un solo centavo de su saldo y les decía: tócate aquí, tócate allá, ¿Cómo se siente?, ¿tienes juguetes? El día siguiente salía publicada la vergonzosa escena en varias páginas webs. Adictos usuarios de la pornografía virtual cancelaban dinero online para descargarla. La mujer incógnita finalizaba su escrito alertando a las víctimas y perdonándolo a él,  a quien ama, y porque es su E.T encarnado con que creció en su mundo de sueños. Pero no podía permitir que siguiera haciéndole  daño a más gente inocente. (¿?)… Ya no sabía en qué creer.
Todo aquello me recordaba el conjunto de comentarios generados alrededor de uno de los gurús, maestros, profetas o supuestos canalizadores de enviados de otros planetas. Esos que tenían un mensaje urgente que entregar, y también vender. En el foro virtual polemizaban acerca de sus libros (Muy vendidos) un grupo de detractores  los cuestionaban como ilegítimos y fraudulentos. No tardaron a relucir las defensas de sus fanáticos, sus comentarios parecían poesías, tan  sublimes que  agradecían por el gran progreso espiritual obtenido por las predicas y publicaciones del célebre bonzo. Entre los muchos  comentarios mencionaré uno que me llamó mucho la atención.
“Mi papá se llama Henry Cova. Igual que Henry Cova, el escritor. Bueno, les confieso que  hay algo que me inquieta desde hace mucho: nací un 6 de junio de 2006, no tuve contacto con  él, salvo cuando tenía 7 años. Lo vi solo por 10 minutos. Me dijeron: “Este es tu papá”, y listo… Desde ese día me fui a trabajar con la esperanza de volver a verlo. Me dejó de regalo una escopeta, unos datos para jugar a la lotería y unos folletos panfletarios. Pasaron años, y de repente me asaltaron unas ideas suicidas. Ahora que sigo leyéndolo (Al escritor) como que el asunto me preocupa más. Personas allegadas a mí se suicidaron (Cinco en total) y yo también quería hacer lo mismo. Casi coincidimos… Pero no insistí más en la idea  querer ser el último ni ocupar el sitio que le deparaba al primero. Ninguno me dio un ejemplo alentador… Gracias a Dios se adelantó otro y eso me ayudó a despertar de mi letargo místico, en el 2003, año horroroso, como que resucité. En el 2008 ya estaba restaurado, ya no soy consumidor de ese tipo de literatura adictiva. Ahora solo escribo movido por estas extrañas coincidencias.
Los significados se confunden unidos en la más densa blancura, y en los colores de la pantalla,  bailaban acompasados de las partituras tocadas por las estrellas anónimas. Eran como copas en manos de locos. Todos dormían, todos soñaban. Los debates no habían llegado a su final todavía.




Say Cheese

Say Cheese

Erangel Rivas Parra

Yo fui el único. El mismito. El primero que por estos lados llegó a tener un radio A.M-F.M en su casa y los aldeanos venían a escuchar clásicos de la emisora “Radio Rumbo”, y a tomarse el guarapo. Me lo compré con mucho sacrificio fui emprendedor vendiendo chorizos caseros que aprendí hacerlos por mi cuenta. Les llevé a los dueños de las bodegas, a los vecinos por encargo y unos cuantos al dueño de un auto mercado. Eso fue en la época en que fui a la capital, antes de los billetes falsos, antes de mi último viaje al mar... No había pasado ni una hora cuando me informaron que ya se los habían arrancado los consumidores de las manos. Luego me compré una maquina despulpadora y monté mi propia pulpería, cuando vivía más arriba, en Agua fría, los niños aburridos escapaban del templo para jugar trompo en el camino de tierra, iban a mi pulpería a comprar en los domingos mientras  sus padres con esperanzas de prosperidad acudían arrepentidos a entregarlo todo en la cajita de ofrendas. Había más gente que en el bingo.

Lo reconozco, me encerraba mucho… Es que en casa escribía demasiado, parecía un viejo. Después escogí otra profesión mas prospera, amenizando con doblajes de viejas baladas el modelaje de chicas. Durante la ultima sesión fotográfica la cantante de música tropical me complacía nuevas poses eróticas para la primera producción bajo la firma de mi Fundación, un almanaque que sacaría a la venta apoyando el talento regional rescatado del abandono y con mucho deseo de ser explotado.-Justo como yo quería- Durante la sesión después de doblar mis baladas y de entregada la bonificación correspondiente como sierras sus dientes blancos empezaron a brillar, y fue cuando por fin se bajaba las diminutas pantaletas, financiadas todas por mi Fundación en la Av. Bermúdez -Y curiosamente empezaba a notar que hacia mucho calor- Ella sonreía hablándome de su Compact Disc, de la nitidez de la impresión su afiche, giras y bailes. Que tierna. Sus piernas, sus movimientos, te enredabas en ellas… y yo mismo las toqué con mis manos… ¡Yo mismo!  Claro todo muy profesional. Ciertamente me di cuenta que no eran de plástico, pues La Fundación se encarga afanosamente con que las cosas en este país vuelvan a sus estado natural, nada de carros, nada de chorros de agua que se desperdicien, recuperar la siembra, demasiada ropa incomoda la vista y eso me empezó a  molestar mucho. Yo estuve entre los que pusieron esa queja a las instituciones pero me tildaron de conspirador. En realidad fui solo, pero mejor era así, para que todos me admiraran para cuando por fin se realizara esa gran idea, y quien sabe, podría ocasionar un estallido social, ¡Una revolución! Y mucho billete. Y al finalizar la sesión acercaba mi nariz en dirección a su coño así… ¡Y que tetas!, como perro me lancé a morderlas. Ella modelaba y le brillaban las sierras…  retratada en una sesión magistral. “Que exposición aquella”,  en estado natural,  recuperar aquellos valores perdidos… Algún día….Y ella feliz, sonreía cándida hasta darle un besito romántico en su coño oloroso a gloria. Muuuuuuuack! Con mucho respeto.

El líder de la Fundación Dandi, graduado en física cuántica y sin cosechar en ese campo era sin saberlo espiado por alguien, quien soñando con una ascensión a Capitán amenazaba con decomisarle los retratos. Después de una gran labor de inteligencia fue encontrado Cruz Humboldt, infraganti, y con las manos puestas en las palabras ilegibles del rollo que habla acerca de una actriz famosa  de nombre y apellido que comienzan por una misteriosa casualidad con L. Con una maniobra de distracción escapó en su moto a Cariaco. Después de recogidos los billetes falsos como evidencia (que todavía ignoraban que eran falsos) los policías iniciaron una fuerte persecución hasta llegar tarde. Se sorprendieron al verlo desde la costa del Golfo de Cariaco, entraba  en una extraña maquina submarina. Nubladas por la confusión de la turba salían en su defensa, fanáticas con sus mejores poses para distraer a los policías y otras se competían para que le lanzasen algunos billetes  pero Humboldt les decía:

–Hermanas por favor, dejen la rivalidad!, ¡dejen el materialismo! (Y pensándolo bien con tanto talento junto hasta me gustaría hacer una Edición Especial Playera)

Humboldt mandó a ejecutar el Plan Pesca de arrastre y Henry Bermúdez rápidamente encendió los motores del la tortuga metálica. Apuntaron con cañones  de alto calibre a la policía, que se hacían paso difícilmente entre la tribuna histérica.  Humboldt dio la voz de mando:

–Preparen. Apunten. ¡Fuego!

Golpeado el agente Guzmán por una, al ver en su interior dice a sus colegas:
­­–¡Son catalanas!... ¡Y huelen frescas!
–¡Catacos! -Gritó el Sargento Marín-

En aquella  confusión Humboldt se apresuró a escapar  y cerraron la escotilla, se sumergieron dándose a la fuga.

Las bolsas volaban en los aires repletas del mejor pescado fresco. De Humboldt no se supo mas nada, ni de sus libros, ni de sus retratos, ni de sus cuentos. Lo último que se supo sobre él  es este informe policiaco publicado al escapársele a la policía en su tortuga marina con ojos de fuego: “Una vecina del fugitivo nos informó sobre la supuesta implicación de Humboldt con los planes oscuros de “La Fundación Dandi”, una extraña secta que visten con pantalones de gabardina, calzan zapatillas graciosas de cuero, al estilo años 60´s, camisas de cuadros, además de que presumían que algún día iban a “sembrar en el cielo”. Se les incautaron también un arpa, una guitarra acústica, una guitarra española, una pajuela, un libro cuyo autor es Ramón de la Torre, una maquina impresora de revistas, una maquina impresora de billetes, un plotter para imprimir en papel bond, grabaciones en casetes y una bolsa embalada que tenía en su interior un micrófono, su forro y su paral., también se halló en la casa de Humboldt  unas fotografías, que al verlas el agente Manolo con sigilo y sin avisar a nadie ocultó en un lugar secreto de su casa. Así con tiempo analizaría las evidencias con detalles en su laboratorio.”

Siglos después alguien escarbando para sembrar unas plantas en su patio halló los retratos y uno de sus cuentos. Hablaba sobre repentinas desapariciones de los  botes con remos transportados de un lugar a otro por “El fantasma del Tirano Aguirre”, narraba que los pescadores se hallaban estupefactos al encontrase en las playas de Cumaná entre sirenas, un percusionista, un saxofonista, un señor delgado de melena que tocaba la guitarra clásica y el vocalista (el mismo creador del mito). No salieron de la sorpresa los navegantes cuando sobre la arena vieron caminar unos robots que llevaban limonada en una bandeja a los turistas que dormían en hamacas. Todo natural. La brisa  hacia tocar el arpa de las palmeras,  no se veía un solo carro exhalar humo, nadie derramaba el agua, la leyes se cumplían y no era el paraíso. Y podrías hablar con Dios a través de un hilo… Desde hace unos segundos pescaban en las aguas del Golfo de Cariaco.