Bombas en Bamba
A la ciudad en Las Llamas y eso, tendría que rebuscarme el botín… un club, un vodka, comprar films
baratos en el puesto de Manolo el polaco en Panamá, ¡Y al mayor! y al dejar la
aerolínea en avión… Y todo aquel esfuerzo para comprar la primera bomba. Entre
otras cosas (que no mencionaré) culpaba al sistema también de ocasionarle
adicción a las drogas, recalcaba muchísimo la parte moral del consumo en cada protesta, y cada vez que
terminaba su sermón venia con el nuevo tópico, el mismo mantra de siempre, acerca
de su forma de sacar del escaparate bombas en cada fiesta: el llenado, la
artesanía del ensamblado, la combustión, el humo… Como todo shaolín se sabia que era diestro acerca de técnicas con bombas de bambú, y también lanzaba patadas que parecían
de un autentico dragón, a cada patada propinada se le veían salir trizas por un
tubo, subían lejos. Si, de verdad también se veían como idiotas los que también
veían colores que cambian a figuras y
volaban en llamas, como trizas de madera molida, como yerbas medicinales al
carbón.
Y los trozos quemados con rabia por fuera
cubrían la carne cruda en el fin de semana, cuando ya casi se respira aire fuera del trabajo, y después haría lo planificado: ir a Control C.A para comprar una granada, pero claro, eso seria después,
después de financiar el monte, y las papas para la sopa… Pero Ramón Piraña
jamás sostuvo un arma en sus manos… pero quería ver la Galería de retratos en Bamba Ciudad Comercial, ¿Desquitarme con
otra bomba más?-Dijo-Y otra y otra? Eso, dejar la ciudad como quiero, en Las Llamas. ¡Que la funden de nuevo pero en Las Llamas! Suben lejos, si, como fuegos artificiales chinos, pero no más que el
olor de la carne tostada en la parrilla… Ramón Piraña la veía tostada por
fuera pero ignoraba que dentro estaba ensangrentada, helada, quería prenderle
fuego rápido a la carne helada del hambre ¡Algo bestial! En un viejo libro leyó
que en Las Llamas quedaría mas cerca, y economizaría capital para invertir en
La Bolsa de Wall Street, hacer viajes, volar de regreso al futuro, donde la
carne es mayor y la ropa diminuta, donde el calor seria tan arrecho, donde ¡Poooooo!
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