martes, 28 de abril de 2015

Bombas en Bamba

A la ciudad en Las Llamas y eso, tendría que rebuscarme el botín… un club, un vodka, comprar films baratos en el puesto de Manolo el polaco en Panamá, ¡Y al mayor! y al dejar la aerolínea en avión… Y todo aquel esfuerzo para comprar la primera bomba. Entre otras cosas (que no mencionaré) culpaba al sistema también de ocasionarle adicción a las drogas, recalcaba muchísimo la parte moral  del consumo en cada protesta, y cada vez que terminaba su sermón venia con el nuevo tópico, el mismo mantra de siempre, acerca de su forma de sacar del escaparate bombas en cada fiesta: el llenado, la artesanía del ensamblado, la combustión, el humo…  Como todo   shaolín se sabia que era diestro acerca de  técnicas con bombas de  bambú, y también lanzaba patadas que parecían de un autentico dragón, a cada patada propinada se le veían salir trizas por un tubo, subían lejos. Si, de verdad también se veían como idiotas los que también veían colores que cambian  a figuras y volaban en llamas, como trizas de madera molida, como yerbas medicinales al carbón.


 Y los trozos quemados con rabia por fuera cubrían la carne cruda en el fin de semana, cuando ya casi se respira aire  fuera del trabajo, y después haría lo  planificado: ir a Control C.A para comprar una granada, pero claro, eso seria después, después de financiar el monte, y las papas para la sopa… Pero Ramón Piraña jamás sostuvo un arma en sus manos… pero quería ver la Galería de retratos en Bamba Ciudad Comercial, ¿Desquitarme con otra bomba más?-Dijo-Y otra y otra? Eso, dejar la ciudad  como quiero, en Las Llamas. ¡Que la funden de nuevo  pero en Las Llamas! Suben lejos, si, como fuegos artificiales chinos, pero no más que el olor de la carne tostada en la parrilla… Ramón Piraña la veía tostada por fuera pero ignoraba que dentro estaba ensangrentada, helada, quería prenderle fuego rápido a la carne helada del hambre ¡Algo bestial! En un viejo libro leyó que en Las Llamas quedaría mas cerca, y economizaría capital para invertir en La Bolsa de Wall Street, hacer viajes, volar de regreso al futuro, donde la carne es mayor y la ropa diminuta, donde el calor seria  tan arrecho, donde ¡Poooooo!  


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